No hay ninguna otra capital de departamento con una vista tan espectacular como la que tiene Huaraz.
Mirando hacia el norte asoma lo que parece una inmensa bola de helado: es el Huascarán que empina a la distancia sus 6768 metros de altura.
Como el Huascarán, una treintena de nevados supera los 6 mil metros de altura en la llamada Cordillera Blanca. A sus pies discurre el Callejón de Huaylas, pintoresco valle interandino, cuyos encantadores pueblecillos están hechos a medida humana: uno los puede recorrer a pie. Y he ahí parte de su encanto.
Pero lo que realmente llama la atención al visitante son los nevados, entre ellos el Alpamayo, considerado por algunos como el más bello del mundo.
La felicidad es completa con el plateado río Santa corriendo en dirección al Pacífico, y la carretera rodeada de eucaliptos y flores de retama, de intenso amarillo.
El Yerupajá (6,634 m) es el nevado distintivo de la espectacular Cordillera Huayhuash.
Atravesando el imponente paisaje de la Cordillera de los Andes, como si se viajara en el tiempo, se llega a Chavín de Huántar, soberbio conjunto de templos prehispánicos, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por UNESCO. Sus complejas estructuras, plazas y galerías subterráneas dan evidencia de haber sido un lugar sagrado.
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